Retos académicos en el grado en Fisioterapia: una mirada hacia atrás para proyectar hacia un futuro transformador

EDITORIAL

En el comienzo de mi andadura docente vislumbraba un interés intrínseco por la innovación en el aula. Casi sin saberlo ya sentía dentro de mí ese mensaje resonante que enmarca a la formación universitaria como aquella responsable de transformar al alumnado en aras de prepararle para ser los líderes que la sociedad requiere(1–3). Sin embargo, el contexto académico no aporta el suficiente valor a la docencia, siendo la pieza casi olvidada de nuestro ser como fisioterapeutas. Suena casi irónico esta última afirmación compartida porque, si llegamos a las aulas con vocación de enseñar esta disciplina que tanto amamos, si en nuestras manos está moldear a esos sanitarios del futuro, ¿acaso no merece esta acción estar en equilibrio con las restantes y tener la admiración merecida? Quizás, hemos tenido que vivir un escenario extremo, como ha podido ser la situación de pandemia por la Covid-19, para abrir los ojos y darnos cuentas que esas aulas tienen la enorme fuerza de vibrar cuando están llenas de alumnados y docentes resonantes e innovadores, que esas ondas expansivas construyen los cimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales claves para las exigencias de una comunidad cambiante, que el tacto, la sonrisa y la mirada, aún sin ser necesarias, crean caldo de cultivo esencial para captar la atención, despertar la curiosidad y abrir las vías del aprendizaje significativo(4). Todo esto nos ha instado a indagar y explorar maneras de ser que convirtieran la pantalla oscura de nuestros ordenadores en ese aula añorada que, con más viveza que nunca reaparecía en nuestros recuerdos. Todo este torbellino de emociones desempolva de nuestra caja de herramientas las metodologías innovadoras y como si de un resonar se tratase, vuelven a armonizarse las notas de la melodía de la innovación en nuestra rutina como profesores universitarios. Sin embargo, a pesar de esta realidad tangible, gracias a una propuesta surgida desde la Conferencia Nacional de Decanos de Fisioterapia, se pudo entrar en las vidas de ciento cuarenta y tres profesores que imparten docencia en la Titulación en Fisioterapia, resaltando como datos significativos que, a pesar de los años de dedicación en la Universidad y a pesar de dar un alto valor a la innovación docente, las horas de formación dedicadas a ella son reducidas, pues el 18,2 % de los encuestados reconocen tener una formación por debajo de 25 horas, el 11,9 % entre 25 y 50 horas, el 16,8 % entre 50 y 75 horas, es decir, casi el 50 % de los encuestados tienen menos de 75 horas en formación específica sobre metodologías e innovación docente.

Asimismo, cuando se les preguntó sobre qué entendían por metodologías investigativas, los datos recogidos fueron igualmente significativos pues, aunque muchos compañeros reconocían en la innovación un proceso que sigue igualmente los pasos del método científico, otros consideraban el uso de tecnologías y otros el papel activo del alumnado, también se encontró un alto porcentaje de docentes que reconocieron no saber a qué hace referencia dicha terminología. Y es que las prácticas innovadoras requieren de un proceso continuado de evaluación para cuantificar en qué medida están originando cambios en los procesos formativos y en el aprendizaje, siendo necesario para evaluar su eficacia que se constate ese proceso transformador.

Otra de las preguntas analizadas fue el tipo de recurso usado para innovar en el aula y aunque todos resaltaron la importancia de la lección magistral entre sus herramientas, el 87,4 % destacó el uso del caso clínico, el 75,5 % el uso de cuestionarios realizados con aplicaciones interactivas, el 72,0 % empleó rúbricas y el 55,9 % material multimedia con pequeñas microlecciones. Entre los recursos menos utilizados se obtuvieron las escaleras de aprendizaje, el diario de profesor, el diario de la sesión, así como actividades relacionadas con la educación en emociones. La Neurociencia apoya la importancia que la emoción tiene en todos los procesos cognitivos(5, 6), incluidos aquellos que suceden en los actores protagonistas del ámbito universitario, sin embargo, ¿Estamos desarrollando las suficientes acciones para despertar la curiosidad de nuestro alumnado? ¿Tenemos en cuenta sus esquemas mentales(7) a la hora de diseñar nuestro modelo metodológico? Si la labor encomendada en nuestras funciones como docentes universitarios es crear líderes sanitarios resonantes, ¿Estamos eligiendo transformarnos nosotros para que el alumnado a través de sus neuronas espejo aprendan de lo que observan en sus modelos de referencia? Estas preguntas de manera insistente gritaron cada vez con más fuerza en mi interior, dando por fruto otra pregunta que ahora lanzo a todas las personas que estáis compartiendo y leyendo esta editorial: ¿Qué pretendes no saber?. Tras un silencio interno, tomé riendas para empezar a resaltar nuestro maravilloso papel como docentes, elegí salirme de mis nueve puntos, hacer cosas distintas para obtener resultados diferentes. Recentré mi visión hacia ser una profesora en integridad con la disciplina, equilibrando todas mis partes: docencia, investigación, asistencia y gestión y, me comprometí a hacer todo lo que depende de mí para dar a la sociedad los futuros fisioterapeutas que merece.

¿Qué quieres elegir tú?

Profra. Dra. María Luisa Benítez Lugo
Departamento de Fisioterapia.
Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología.
Universidad de Sevilla