Editorial

«¿Qué quieres ser de mayor?». Seguramente hemos escuchado esta pregunta en muchas ocasiones de nuestra vida. Desde que somos niños, el mundo adulto que siempre nos rodea se encarga de transmitirnos la necesidad de ser «algo» cuando seamos mayores; ¿acaso cuando somos niños no somos «algo»? ¿sólo cuando se es mayor se puede ser? ¿el afán humano por «querer ser» no está relacionado más bien con «querer tener»? ¿Por qué una pregunta a la que damos múltiples, variadas y a veces absurdas respuestas a lo largo de nuestra vida, se ha convertido en histórica y perdura en el tiempo generación tras generación? Son muchas las reflexiones que esta famosa pregunta suscita.

Si pensamos unos segundos en el significado de la pregunta qué quieres ser de mayor, posiblemente existan muchas respuestas. Habrá quienes consideren que con esta pregunta nos interesamos sobre el futuro profesional cuando se llega a la edad adulta. Otros, posiblemente, consideren que es una pregunta que ayuda a las personas a pensar, aunque sea durante unos segundos, sobre la trascendental decisión personal de escoger su carrera profesional. Sin duda alguna, habrá quienes piensen que esta pregunta hace referencia a cuál es nuestra vocación. Algunos (sobre todo padres y familiares) consideran esta pregunta como parte de sus mecanismos de control sobre el niño (para evitar problemas en el futuro). Otros, simplemente, realizarán la pregunta sin saber lo que están preguntando.

Hace algunos años, muchos de nosotros decidimos contestar a esta pregunta de forma decidida, fuerte y clara: QUIERO SER FISIOTERAPEUTA. Y es que, realmente, para llegar a ser fisioterapeuta, hay que querer serlo, ya que el camino para conseguir este objetivo es, en muchos casos, complicado. Sin duda alguna, en esta respuesta se mezclan diferentes aspectos en relación a lo que queremos ser de mayor: queremos ser profesionales de la salud, queremos ser la mano que ayude al prójimo a caminar, queremos ser libres dentro de un equipo, queremos ser educadores y ejemplo, queremos ser esperanza para muchos, queremos ser…

Cuando tomamos una decisión en nuestra vida, máxime si está relacionada con lo que queremos ser de mayor, la responsabilidad es extraordinaria.

No sólo decidimos sobre nuestro futuro profesional, sino, además sobre nuestro desarrollo personal como hombres y mujeres; decidimos a favor o en contra de nuestra vocación, decidimos sobre cómo vamos a estructurar nuestro día a día, decidimos sobre lo que vamos o no a sentir; construimos así el cauce de nuestro río de la vida, por ello, cualquier determinación que tomemos en relación a lo que queremos ser, va a repercutir no sólo en nosotros de forma individualizada, sino también, en nuestra familia, amigos y compañeros de profesión.

Quizá debiéramos considerar la idea de añadir a la pregunta qué quieres ser de mayor, una segunda cuestión: Qué quieres sentir cuando seas mayor; considerando que el ser y el sentir están implícitos en nosotros desde que somos niños.

El ejercer como fisioterapeuta, en cualquiera de sus funciones (asistencia, docencia O gestión), siendo y sintiendo como fisioterapeuta, es algo que, interiorizado en muchos de nosotros, nos ayuda a vivir con orgullo y satisfacción.

RAQUEL CHILLÓN MARTÍNEZ
Profesora del Área de Fisioterapia de la Universidad de Sevilla