Sólo sé que no sé nada

Un camino que nunca llega a su fin. Así es el conocimiento.

Cuando piensas que estás a punto de llegar a la meta, cuando crees que todos los cabos están atados y bien atados, descubres que las piezas no encajan del todo y un nuevo desvío se abre paso a los pilares del entendimiento.

Pero… ¿no es apasionante el riesgo de apostar, una vez tras otra, por esa aventura? Y… ese desvío nos hace entender y nos alerta de que no sabemos lo suficiente. Pero, según el filósofo Sócrates ¿no es eso conocimiento?

El ser humano desde que nace está preparado para recibir aprendizajes y es ese acúmulo de «cosas nuevas» las que dan sentido a la vida y hacen que el individuo sea cada vez mejor ser humano.

Pero… ¿qué demanda la sociedad al fisioterapeuta? ¿Acaso le exige sólo tener un buen conocimiento científico y técnico para una buena praxis profesional? En principio, alguien no muy avezado podría llegar a responder que sí. Pero, además de las técnicas fisioterapéuticas y los conocimientos científicos sobre los que se asientan, debemos tener unos principios éticos y deontológicos que, siguiendo el juramento hipocrático, sustenten nuestro modo de proceder. Es fundamental el seguimiento de ese código deontológico para ser el profesional que la sociedad demanda.

Finalmente, la Fisioterapia como carrera universitaria debe basar sus principios en esa concepción «universal» de los conocimientos; así, la ciencia objetiva, el buen aprendizaje de las técnicas como metodología, el innato arte sanitario y la necesaria «universalidad» cultural, se rán los cuatro pilares que habrán de conformar al buen profesional de la Fisioterapia. Todo ello conjuntamente habrá de ser, en definitiva, lo que nos diferencie de un mero técnico. Así, podemos decir parodiando por analogía, el famoso aforismo médico:

«El fisioterapeuta que sólo Fisioterapia sabe, ni Fisioterapia sabe»

Abrir las puertas a todos los campos del saber es sinónimo de profesionalidad, pues el conocimiento es algo tan natural que no merece barreras.

MARISA BENÍTEZ LUGO
Colaboradora Honoraria. Universidad de Sevilla