Algias cervicales y liberación miofascial

RESUMEN

La mayoría de los cambios miofasciales del cuerpo humano se origina en la unión cervicodorsal, siendo la parte que se traumatiza constantemente con su incorrecto uso durante muchas actividades en la vida cotidiana. La mayoría de las ocupaciones diarias nos obliga a colocar la cabeza y los miembros superiores por delante del resto del tronco y, lo que es peor, por largos períodos, por ejemplo, al sentarse, en defensa de algún temor, en acciones agresivas, todas estas actividades cambian las relaciones biomecánicas y miofasciales en toda la columna cervical; pero el desequilibrio muscular influye directamente en el equilibrio de otros tejidos blandos, entre ellos el sistema fascial. Y, por supuesto, con el tiempo esas condiciones posturales desarrollan cuadros dolorosos que bloquean el sistema miofascial. La excesiva posición cifótica de la parte superior de la columna dorsal, produce automáticamente la flexión de la cabeza. Esa posición no sólo es muy incómoda para la realización de todas las actividades, puede incapacitar alguna de ellas y el cuerpo busca automáticamente la compensación. El movimiento compensatorio se efectúa por lo general en la columna cervical superior. En consecuencia, el movimiento de flexoextensión entre el cráneo y la columna cervical se limita por el incremento de las tensiones miofasciales en esta zona. Esto en consecuencia directa puede producir nucalgias e indirectamente, por la formación de las compensaciones innecesarias, problemas en la zona cervicodorsal como, por ejemplo, el síndrome de escalenos, síndrome claviculocostal, sindrome del pectoral menor y pericapsulitis del hombro.

A. Pilat. Director de la Escuela de Terapias Miofasciales. Profesor del Departamento de Salud del Colegio Universitario de Los Teques «Cecilio Acosta». Venezuela
Presidente de la Sociedad Venezolana de Fisioterapia Manual Ortopédica